“La adicción no se toca tanto en los medios por que no tiene tanta visibilidad, al no tener tanta visibilidad no tiene rédito político. No es un notición, ¿los portales lo van a levantar? No, entonces vamos a una escuela a sacarnos fotos al hospital… Es una batalla que se perdió de Ecuador para abajo”, consideró Beto Casella, de un tirón y en el comienzo de su conversación con Gastón Pauls.
En el marco de Seres Libres (Crónica HD), el programa que trata sobre el infierno de las adicciones, el conductor de Bendita (El Nueve) habló por primera vez de su adicción al cigarrillo y a los analgésicos. “Yo fui esclavo del tabaco mucho tiempo”, confesó y lo ilustró con una anécdota.
“Había tenido un episodio donde se me obturó una arteria y estaba en el sanatorio. Yo tenía un pucho pero nada para encenderlo y entonces salí en camisoncito a la calle, para ver si alguien me daba fuego. Pero me agarro un guardia y me metió para adentro. Yo ya era conocido y estaba con el culito al aire, tratando de prender un pucho… Probé con el tubo fluorescente de la camilla, con el calor del tubo, para ver si me prendía, pero luego un alma caritativa me ayudo a prender el cigarrillo”, contó Beto.
Asimismo, reveló que se automedica a diario. “Hoy yo tengo cefalea crónica, dolores de cabeza fuerte. Casi todos los días de mi vida tengo dolor de cabeza. Y por ahí se me instala todo el día y tengo que clavarme analgésicos fuertes, que yo sé que hacen mal, que tienen efectos secundarios, pero no puedo elegir… Por ahí hablás con el neurólogo y te dice y te dice: ‘No, tratá de tomar un paracetamol’. Pero no me hace nada”, dijo con crudeza.